"Con mi culo no te metas"

Sesión candente de besos, tus manos insinúan que mi boca bese tu miembro, instalada y en mi mejor posición empiezo a sobar tu trasero y mi lengua incorregible intenta lamerlo, de repente la frase: “Mi culo es sagrado” sale de tus labios. Sonrío y pienso: pronto me lo pedirás a gritos, me excuso, me limpio y continuo. Crónica de una relación sexual algo machista y bien venezolana.

El sexo anal siempre ha sido el elixir de cualquier relación sexual. Frases como: “Papi por el culito, ¿si?” y “A mi me encanta que me den por detrás” representan para cualquier hombre, que se digne de serlo, más gloriosas que la voz de un ángel para cualquier religiosa. Ahora bien, entendemos que la práctica no entra en el común denominador de la sociedad, lo que a mi parecer la hace cada vez más apetecible y deseable, como ser pensante siempre vamos a tender a querer lo que nos niegan.

Ese pensamiento despertó mi curiosidad hace algún tiempo, el hecho de ser el activo en una relación representa un grado de poder que no puede negarse, tener el control, penetrar hasta hacer acabar al que se siente dominado son prácticas muy poco conocidas para el sexo femenino y que producen una explosión sensorial indescriptible. Los pasos que preceden esta práctica no dejan de ser igual de interesantes, el factor psicológico y la manera de dominarlo será importante para que las dos partes estén totalmente de acuerdo en que esa noche la frase: “Ponte en cuatro papi” será la que reinará.

La sociedad juega un factor importante en la práctica de esta fantasía, luego que se superan las barreras personales que te cohíben, luego de liberar a tu cerebro de el pensar: “Eres gay” el siguiente paso es DISFRUTAR. Asumir que somos dueños de nuestra sexualidad, de que decidimos lo que sucede detrás de una puerta cerrada donde lo que importa es la cantidad de gemidos que acumulamos, no tiene precio. Lo que define a un homosexual no está relacionado con las costumbres, conductas o juegos, sino con los objetos de deseo, así que la manera de utilizar tu cuerpo no será el factor determinante sino con quien fantasees en hacerlo.

Cada día se unen más parejas a la práctica de el “Cambio de rol” sin miedo a consecuencias, al final, esta vida es muy corta para dejar de sentir por el simple miedo al que dirán. Cierren puertas, abran piernas, disfruten, estimulen, laman, prueben, penetren, vivan y tengan la potestad de regalar el beneficio de la duda a las experiencias que se les presenten.