sábado, 16 de julio de 2011

"Party like a ROCKSTAR, Fuck like a PORNOSTAR"


 
Un escenario iluminado, botellas de whisky o lo que sea según tu elección, gritos, gemidos, éxtasis, fantasías, fanáticos desesperados, frialdad: carencia de sentimiento y pocas muestras de afecto. El sexo es mi profesión, el rock es tu elección, ¿Salimos?

Chaqueta oscura y sombrero de turno a juego. Muchas veces le dijeron: de lejos no pareces lo que de cerca eres. Disfrazando y aparentando andas, trepando a veces en redes. Sensibilidad invisible, juegos impredecibles. Intentando develar el "cómo eres" acompañándolos de "qué es lo que quieres". Las luces del escenario son las culpables de encender "el puto" que vive escondido en ti. Las palabras bonitas se acaban y el lenguaje obsceno dominaba, los excesos de lengua y saliva eran necesarios, pues la estrella del rock lo ameritaba.

Su segundo nombre era: Provocadora, no había miembro erecto que no soñara con conocerla, sin pelos conocidos en la lengua y en ninguna otra parte del cuerpo, ella vivía la vida sin miedos ni preceptos. Sensible y tímida para algunos, diva y exquisita para el resto, en su mente la máxima: "Party like a rockstar, fuck like a pornostar" regía su estilo de vida. Poco predecible y siempre dispuesta, en sitios donde todos querían estar y pocos se atrevían a llegar. Tan deseada como apasionada, su vida social no lograba rellenar el espacio vacío de su cama fría luego de una noche intensa de jugueteo solitario. Si, la mal-llamaban "Pornostar".




Y ese fue el "Hola" que marco la diferencia, luces oscuras, cervezas frías y terceras personas que hicieron el encuentro muy lejos de ser perfecto. Ahí frente a frente, sin títulos de ningún tipo se conocieron, teléfonos intercambiaron, amistad primero que sexualidad. Encuentros fortuitos, divinas conversas, coqueteos intensos, reinando el respeto. Amistad, amistad, amistad, bla bla bla.

Porque si algo saben hacer bien los que tienen el "star" de apellido, es satisfacer a su fanaticada. Cuando las duplas perfectas (en teoría) se dan, no queda nada mejor que aprovechar el momento y publicitarlo al extremo, razón tenia Maquiavelo al decir, “el fin justifica los medios”. Ahí estaban, frente a frente el "rockstar" y la "pornostar" dispuestos a dar el show que serviría de deleite para la audiencia… "Tremendo culo tu geva" y una voz ronquita repetía "es feo, pero tiene algo super sexy, ¿No?". Un show que no podría superar las 48 horas porque rockstar que se respete se monta en tarima pero siempre debe dejar al publico pidiendo más (nada diferente a la vida real)

¿Triste? Quizás… Cuando los clichés rigen tu manera de vivir es difícil separar ilusiones de realidades, si lo tuyo es el rock o en su defecto el porno, el mundo entero exige un estilo de vida "hijodeputa", arrecho, rodeado de excesos, mujeres, batitubos, excentricidades, alcohol y psicotrópicos. Pero ¿Qué sucede al caer el telón y apagar las luces? Cuando al día siguiente debes pararte como un mortal cualquiera a buscar pastillas para el dolor de cabeza del ratón que te consume, o cuando todos se van y quedas solo viendo al techo mientras deseas tener algo caliente que acariciar y dejarse tocar; si es verdad: muchas veces prefieres morir de pena que morir de ganas, pero mucho más preferirías quedar satisfecho y sin más nada.

Y así siguen pasando páginas, repitiendo historias, jactándose de la nada y sobreviviendo en el vacío. Aprendiendo a mentir sin respirar, justificando los fines con los medios utilizados, regalándose minutos de sonrisas y placeres orgásmicos que se evaporan al rato, sirviendo de trofeos para muchos que se consideran afortunados por un intercambio de saliva y fluidos fortuitos. Humanos jugando a ser inmortales y androides, esquivando sentimientos y heridas, luciendo fuertes en la adversidad y deseables en la oscuridad. El show siempre debe continuar, la tarima lista, el rock sonando y el porno refunfuñando… ¿Vamos a rockear y luego a follar? Esta historia creo que continuará.

1 comentario: